Praga – Por Siglos, el fin del mes de octubre y el inicio de noviembre ha estado ligado al festejo de los difuntos. Claro, con sus especificidades entre las culturas, Pueblos y continentes. Ahora, con la globalización busca tomar primacía el festejo pagano irlandés de Halloween.
La palabra surge de “All Hallow Even”, es decir la “antesala de Todos los Santos”. Se festeja un día como hoy 31 de octubre. Procede de Irlanda, en donde celebran “Samaín”, o el festejo pagano con el cual se recuerda el fin del verano. Un momento en el que se interconectan los mundos de los vivos y de los muertos.
Se cree que la noche del 31 de octubre al 1ero de noviembre vuelven a casa los espíritus de los difuntos. Buscan la ayuda de sus parientes para poder retornar al Mundo de los Muertos. Para que las almas no se pierdan, los vivos alumbraban los espacios. Antes usaban remolachas, después se pasó a las calabazas. Al mismo tiempo, las personas se disfrazaban con ropas viejas y se pintaban las caras. Algo que perdura hasta nuestros días. Aunque hoy, esto es hecho más por los pequeños.
Dušičky y Halloween en tierras checas
El festejo de Halloween también llegó a las tierras checas. Con más fuerza desde la caída del comunismo y el retorno de la entonces Checoslovaquia al área de Europa Occidental. Aunque los checos tiene su propio festejo de Todos los Muertos, se llama Dušičky y se festeja hasta el 2 de noviembre.
El festejo de Halloween es parcial. La gente decora sus casas usando las calabazas que han ahuecado y cortado formando rostros o poniendo mensajes. Se usan también adornos con murciélagos, brujas con sus sombreros en punta volando en sus escobas. Lo que no se practica por estos lares en la parte en que los niños van de casa en casa, con la frase: “trick or treat”. Pero, si usted pasa por el barrio praguense de Nebušice, donde residen más los extranjeros y especial estadounidenses, podrá ver las típicas decoraciones del Halloween americano. Y también a los niños disfrazados y recolectando dulces.
Más peso y tradición entre los checos tiene Dušičky, deribado de “almitas” o “espirititos”. Que viene de Todos los Santos Difuntos. Es el día en que se visitan los cementerios y a diferencia del Halloween no es ni tan colorido ni tan alegre. Los checos y checas acuden a los cementerios, visitan las tumbas de sus antecesores, las limpian, arreglan, ponen flores y prenden velas. En silencio y con tristeza recuerdan a los que se fueron primero.

El Día de los Muertos
Praga, aunque no sólo aquí, tiene una nutrida comunidad mexicana y de checos que conocen las tradiciones de ese país norteamericano. Acá se festeja también “El Día de los Muertos”, que si bien es algo latinoamericano, la versión mexicana incluye los altares, las calaveras de azúcar, el pan de muertos y más tradiciones. Coloridas y alegres.
Incluye la visita al cementerio, los días 1 y 2 de noviembre. Los parientes también limpian las tumbas de sus deudos, pero las embellecen y ponen mantel con la comida y bebida más querida por el difunto. Hay cantos y mucha plática. Es que los mexicanos ven a la muerte desde un punto de vista poco convencional. Incluso se ríen de ella. Su origen arranca de la Mesoamérica prehispánica. Ya los pueblos originarios (Purépecha, Mexica, Maya) horaban a sus muertos con ofrendas y rituales.