Praga (Gaceta Económica) – ¡El efectivo sigue siendo el Rey! De acuerdo con el Banco Nacional Checo, la actual pandemia covid-19 y las limitaciones a las actividades económicas, que prefiere ahora las transacciones vía Internet, no hace que el pago en efectivo pierda atractivo. La epidemia ha hecho que las personas retiren con mayor frecuencia más dinero en efectivo de los cajeros automáticos. Y no es sólo para poder contar con un respaldo inmediato de dinero, o tener una reserva líquida en casa, sucede que en épocas de inseguridad, ver los billetes reales es preferido por empresas y negocios más pequeños.
El diario “Gaceta Económica” entrevistó a Vojtech Benda, miembro de la dirección del Banco Nacional Checo (banco central), quien explica que desde que reventó la pandemia se catapultó la demanda de dinero en efectivo. Dice: “Por un lado existe la intención política de propagar el pago sin efectivo. Pero, en la realidad son superiores las ventas o entregas en efectivo, más de lo usual para esta época”.
Los datos de los bancos comerciales indican que la gente paga con tarjetas, mediante transferencias de cuenta a cuenta o mediante otra manera de transacción sin efectivo mucho más que antes de la covid-19. David Navrátil, economista principal de la “Caja de Ahorros Checa”, destaca a “Gaceta Económica” que si el año pasado los pagos en efectivo representaron en 57 por ciento de todas las transacciones realizadas, durante la I ola, es decir durante la primavera, bajó hasta el 46 por ciento. Hoy, los pagos en efecto se han emparejado con los sin efectivo.
En la I Ola hasta los comerciantes influían en sus clientes a preferir el pago con tarjeta o vía transferencia bancaria. Aducían que así se reducía el contacto físico y que el virus pudiera pasar en los billetes y monedas. Hoy, cuando la cifra de nuevos contagiados volvió a dispararse, esa vuelve a ser la tendencia. Sin embargo, de las cifras del banco central checo se deriva que más allá de la creciente popularidad de las transacciones sin efectivo, la gente no ha perdido el interés por los billetes y las monedas.
En la primera mitad de abril la masa monetaria circulante subió en 55 millardos de coronas, de los casi 630 millardos. Para comparar, durante todo el 2019 el circulante subió sólo en 25,8 millardos. “Por lo tanto, de esa información y de otras sobre los pagos en efectivo y no efectivo, del período de la I Ola, se puede juzgar que el fuerte aumento en el monto del efectivo circulante de marzo y abril se produjo por el deseo de la población de crearse reservas financieras en constante y sonantes. Para el caso de un inesperado”, añade Benda.
Agrega que ese efectivo lo pudo haber deseado alguien ahorrativo, pero también las empresas de las ramas más golpeadas: hotelería, restaurantes, alojamientos, construcción. Los proveedores empezaron a temer por la moral de pago de sus clientes, en época de pandemia y optaron por lo seguro: pago en efectivo. Más seguro que esperar el pago vía factura. Por ejemplo, una carnicería abastece a un hotel de sus productos por 100 mil coronas; la factura debe pagarse en dos semanas… en momentos de incertidumbre, mejor es pedir el pago “cash”. No es economía informal, sino la realidad, así la carnicería tiene dinero en efectivo para cubrir, también, sus gastos.
Los especialistas entrevistados consideran que esta II Ola no provocará tanta presión sobre la demanda de efectivo, como vimos durante la primavera. Y así lo muestra el comportamiento del mercado. Sólo los pequeños proveedores le piden a sus clientes que mejor paguen en efectivo.