
Praga (seznam.zpravy.cz) – La Cinematografía Checa acaba de recibir otro galardón; después de haber esperado 30 años vuelve a tierras checas un Óscar Estudiantil por una película animada de los talleres de la reconocida universidad FAMU. Se trata de la película animada “Dcera”, “Hija”, de la directora y estudiante Daria Kaščejevová, que recibió esa prestigiosa estatuilla de la “Academia del Arte Fílmico y Ciencias”, considerado el “Óscar Estudiantil”.
Kaščejevová recupera para los checos una fama que obtuvo en el año 1989 el director Jan Svěrák, con su película “Ropáci”. La Academia reveló los nombres de los ganadores en su página Web y la ceremonia de declaración de los galardonados será el 17 de octubre venidero, en Los Ángeles. FAMU en comunicado de prensa anunció con orgullo que “el Óscar Estudiantil retorna a FAMU después de 30 años, lo que es la confirmación de la alta calidad de los estudiantes”.
Kaščejevová declara estar inmensamente feliz por poder representar a su escuela ante la Academia en una competencia tan prestigiosa. Por su parte Helena Bezděk Fraňková, directora del “Fondo Estatal de Cinematografía”, recuerda que se trata del tercer hito histórico checo en esa competencia: “El premio prestigioso para Dcera es un gran éxito para la Cinematografía Checa y un aldabazo para otros directores jóvenes. No debería de olvidarse que a la semifinal pasó incluso otra película checa: Pouštět draka”.
Hay que recordar que hay tres Óscares Estudiantiles en manos checas; el primero, de 1989, de Jan Svěrák por su cortometraje “Ropáci” (luego ganaría el Óscar a mejor película extranjera con “Kolja”) y en el año 2017 Marie Dvořáková ganó otro con su cinta: “Kdo je kdo v mykologii”. “Dcera” pasó a la final compitiendo contra 1615 películas. Kaščejevová ya ha recibido varios galardones anteriores por esa producción. Por ejemplo recibió el “Cristal” del Festival Francés en Annecy y en la semana anterior ganó el premio principal en el Festival Internacional de Melbourne MIFF.
La cinta de Kaščejevová narra la historia de una muchacha quien guarda el recuerdo de un acontecimiento muy doloroso; cuando era más chiquita, llevó a su casa a un pajarito y su padre pasó por alto sus sentimientos, si gusto por salvar una vida. La mucha percibió esa conducta paterna como indiferencia, lo que la llevó a encerrarse en su mundo. Ahí, deseaba recibir de su padre amor, comprensión y señales de cariño. En el exterior la muchacha empezó a distanciarse de su padre y ya de adulta no fue capaz de aceptar las expresiones de amor de su padre, quien padecía sentimientos de culpa. Es una búsqueda de recuperar relaciones.
Para esta película, Kaščejevová utiliza las marionetas, muy típicas en el mundo cultural checo, pero, lo especial fue que usó una cámara de movimiento manual, lo que es alto de extrema complicación para este tipo de animaciones. Aún así, ha conseguido un alto nivel de realismo en sus tomas.