Praga (novinky.cz) – Los propietarios de perros en la Rep. Checa aún cuentan con cuatro meses para ponerle a sus amiguitos su microchip correspondiente, acto que realizan los veterinarios por todo el país. Es lo que manda, desde el 1ero de enero, la enmienda a la Ley Veterinaria, según la cual la vacunación obligatoria en contra de la rabia será válida sólo si el perro porta su microchip. De lo contrario, el dueño del animal podrá recibir una multa de hasta 20 mil coronas.
Por lo que, a como 3 000 veterinarios les espera, en los próximos 120 días, un trabajo nada fácil: ponerle el microchip a como 1 millón de perros. Radka Vañousová, presidenta de la Cámara de Médicos Veterinarios de la Rep. Checa, comentó al diario “Právo” que esa cantidad de animales a recibir su chip no deberá ser un problema para los consultorios veterinarios privados. Incluso debe haber suficiente cantidad de microchips. Aún así, la Administración Veterinaria Estatal (SVS), apela a todos los dueños de perros a que visiten a sus veterinarios lo antes posible.
“Entendemos que la nueva obligación impone una carga administrativa e incluso financiera, de una sola vez para los dueños, de varios cientos de coronas. No obstante, su beneficio deberán ser, según lo que esperamos, muy superiores”, declaró el director central de SVS, Zbyněk Semerád. De los comos más de dos millones de perros criados en la Rep. Checa, ya han recibido sus microchipes alrededor de medio millón. Se trata de animales, cuyos dueños han tenido que viajar al exterior o son animales que cuentan con sus pasaportes.
La directriz comunitaria indica que sólo se pueden poner microchipes con la norma ISO capaces de ser leídos por los equipos ISO 11784 y ISO 11785. Hay que indicar que la enmienda establece una excepción sobre los perros que, antes del 3 de julio del 2011, recibieron un tatuaje que es posible de ser leído. Hay también ciertas ciudades que le reconocen a los propietarios de los perros una compensación al nuevo gasto, reduciéndoles temporalmente la tasa anual por perro.
Nadie conoce en realidad cuántos perros se crían en el país ya que no existe un registro central de esos animales. Pero, son las ciudades las que mejor idea tienen de la cantidad, ya que sus propietarios deben registrarlos y pagar la tasa anual que varía de municipio en municipio; van de un par de decenas de coronas hasta 1 500 en las grandes ciudades. Los jubilados pagan menos. El microchip es de 1 cm de largo y se aplica con inyección de manera subcutánea. Viene cubierto con materiales biocompatibles, que no producen alergia ni rechazos en los cuerpos de los perros. El que los animales porten su microchip debe facilitar su identificación por parte de loso rganismos de control, así como llevar un mejor control de las crías y el mentrol al respeto de las disposiciones.