Praga (Ceské noviny) – Con motivo del Año Nuevo, los más altos cargos constitucionales checos se dirigieron este 1ero de enero a sus congéneres. Radek Vondráček (ANO 2011), jefe de la Cámara de Diputados, comentó que en la Rep. Checa la Democracia aún no sienta raíces firmes y que si bien las protestas son parte de cada sociedad cívica, lo que decide es la expresión del soberano en las urnas. Añadió que el 2020 debía ser el año marcado por la lucha contra la tontería humana y el odio.
Tres décadas de existencia libre y mitad de la Democracia construida
Recordó que el país había alcanzado ya tres décadas de existencia libre, por lo que se encuentra recién a mitad de camino en la construcción de la Democracia. “Como Rep. Checa nos encontramos a mitad de viaje en la edificación de una sociedad libre y democrática, esto es algo que dura sesenta años. O, eso es al menos lo que pronosticó en el año 1990 el famoso sociólogo Ralf Dahrendorg y sus palabras se cumplen hasta ahora. Deberíamos continuar en ese camino”, aseguró Vondráček.
Habló sobre las manifestaciones contrarias al Gobierno realizadas no sólo en Praga: “Seguimos siendo una Democracia que aún no se ha afianzado, aún no nos hemos acostumbrado a que las protestas son parte de la sociedad libre. Pero, tenemos la tendencia de condenarlas o, por el contrario, de menospreciar su importancia. El derecho a la concentración es una de las libertades fundamentales que obtuvimos en el año 1989. Pero, eso es igual de válido para las elecciones libres, en las cuales se decide realmente. No en las calles, no delatando ante Bruselas, no con demandas constitucionales infundadas”.
El cambio climático
Vondráček también tocó los temas del cambio climático: “Cumplimos con los compromisos para reducir la emisión del óxido carbónico, pero, en primer lugar, para nosotros debe estar nuestro ciudadano. No debemos permitir la destrucción de la Industria, lo que acabaría con el empleo ni que haya insuficiencia de energía, por que no podríamos calefaccionar ni alumbrar”, aseguró.
Es pues, evidente, que se requerirá la construcción de nuevos bloques de generación de electricidad alimentados por el átomo. Son necesarios para poder cubrir la generación tra el cierre de las centrales térmicas alimentada con carbón. Vondráček dejó en claro que rechaza simplificar la ecuación ecológica a que una vida humana es una huella de contaminación. Rechaza pensar en que cada niño es una carga para el Planeta.
“Ese es un extremismo que me asusta, por que soy padre. Es del mismo tipo de extremismo como quien afirma que no se produce ningún tipo de cambio en el clima. Rechacemos ambos extremos y apostemos por el sano juicio, por las tecnologías modernas, por el desarrollo sustentable y el respeto tanto hacia la naturaleza como el hombre”, indicó.