
Praga (hospodarské noviny) – “Una serie de políticos checos hace ostentosa manifestación que no les interesa la información de los servicios secretos. Otros, por el contrario, la critican directamente y los ofenden. Al tiempo en que esos servicios cumplen con las tareas que les dan, justo los políticos. En el mundo, los Estados más bien se enorgullecen de sus espías y lo que hacen les ayuda al tomar decisiones”, escribe Jan Paďourek en un comentario que trajo la edición del viernes del diario “Gaceta Económica”.
Recuerda que cuando, en su primer discurso como primera ministra, Theresa May citó en cuatro ocasiones a los reales servicios secretos y lo hizo en superlativos, nadie se extraño, nadie lo criticó. Eso es lo usual e incluso May no dudó en decir ue son los mejores servicios de inteligencia Lo repitió posteriormente e incluso también hizo algo parecido el jefe de la Diplomacia Británica, Jeremy Hunt. Aunque Hunt llegó algo más allá al decir que los servicios secretos de su majestad son los mejores del mundo.
Es decir, manifiestan, públicamente confianza, respeto, profesionalismo y noblesa en el útilo trabajo de los servicios secretos británico. En el lado contrario tenemos al presidente checo, Milos Zeman, quien desde hace como un año y no sólo a través de su popular programa en la Tv. Barrandov emite en contra del contraespionaje civil BIS declaraciones inusualmente ofensivas. Padourek deja en claro que no repetirá las ofensivas palabras del presidente en contra de sus excolegas espías.
“Sin embargo, lo peor es que el Sr. Presidente Zeman, de esa forma, puso en duda públicamente el profesionalismo desl espionaje, , la calidad, la capacidad, relativizó el enfoque tienen y, como un todo, rechazó el resultado de sus trabajos. Los deshonrró por el hecho de trabajar profesionalmente y con éxito. Y al igual que en el ejemplo checo, sus palabras fueron coronadas, sólo que bajo nuestras condiciones, bajo una negatividad extrema a la que se sumó otro protagonista importante y crítico de los espías: Václav Klaus, expresidente. Él apoyó al presidente Zeman al decir que durante su larga carrera política nunca leyó los informes de los servicios secretos (por una decisión personal rechazaba leerlos), aunque, considera que la información de los servicios secretos es algo que no tiene precio”.
Luego, a Paďourek le parece escandaloso que el presidente Zeman comentara que el problema que tuvo el ministro de Agricultura en su gira por Rusia, cancelada anticipadamente por no poder volar de Moscú a Kazan, pudo ser como reacción rusa al informe de anual del BIS. Donde repite la alerta ante la gran presencia de espías rusos en territorio checo. “Pero, ¡por Dios! Aunque eso fuera verdad, ¿no sería más un escándalo el que un país al que se le verifica que hace espionaje castiga así al otro país, el cual sólo se defiende ante actividades que son ilegales?”.
Los Servicios Secretos operan sobre prioridades que les da el Gobierno Checo
“Hay que explicar que todos los servicios secretos checos funcionan en base a las prioridades que aprueba y establece el Gobierno, incluso de las amenazas concretas que se encuentran, por ejemplo, en la Estrategia de Seguridad o la de Defensa o en la Auditoría Nacional de Seguridad. Esto quiere decir que los servicios de seguridad no se inventan y que trabajan dentro del contexto de lo que el Gobierno pide en el largo plazo”. Paďourek salva posiciones y recuerda que el Gobierno Checo ha salido en defensa de sus servicios secretos. Sólo que, como sea, lo que ocurre en la Rep. Checa queda como ejemplo para toda la comunidad de espionaje del mundo y da una mala señal sobre cómo anda la actual cultura política checa.
Y si alguien duda del profesionalismo, baste con recordar que en la primavera de este año el director del BIS, el coronel Michal Koudelka, fue condecorado en Washington, no sólo por el trabajo que realiza su institución, sino, en general, también los otros dos servicios: ÚZSI (inteligencia civil) e Inteligencia Militar (VZ). También explica que luego de la caída del comunismo se canceló totalmente todo el servicio de espionaje que existía, todo lo que se concentró en la llamada “Seguridad del Estado” (StB).