
Praga – El politólogo Tomáš Lebeda considera que ha sido la propia Social Democracia la que se puso en esa posición tan complicada en lo que respecta al nombramiento del ministro de Cultura. Comparte la opinión de la ministra del Trabajo, Jana Maláčová, quien calificó al rechazado candidato a ministro, Michal Šmarda, como “un talento político”, sólo que el ČSSD cometió el error de lanzarlo a lo más alto de la pirámide en un solo movimiento.
“Y esto para mi no es bueno, por que no analizaron cómo es la actual composición de las fuerzas y que Šmarda sería una presa fácil. Al mismo tiempo, tampoco analizaron que lo iban a poder poner en una posición tan incómoda que amenazaría a toda la Coalición. No lo quisieron hacer ministro de Cultura por que haya sido, digamos, fantástico o por que lo querían poner en algún sitio donde sería muy visto. No eligieron el mejor cargo ni la mejor mezcla política”, indica Lebeda.
Es decir que el ČSSD debió contar con que el presidente Zeman rechazaría a ese candidato. Y si esperaban que lo haría, debieron ir con más fuerza y no ceder. “Al final pasó justo lo que se esperaba, que el ČSSD capitulara, lo que es lo peor que pudieron haber hecho”, alerta el politólogo. ¿Estamos en una crisis constitucional? Lebeda responde que ya no. Y no estamos desde el momento en que el primer ministro Babiš pasó a ayudar al presidente Zeman y rechazar también a Michal Šmarda. Crisis hay si el premier insiste en el nombramiento de alguien y el presidente insiste en rechazarlo. Luego puede hablarse de la demanda por competencias, que el primer ministro ganaría.
“Pero Babiš no quiere nada de eso, él necesita estar de a buenas con Zeman y el presidente lo sabe bien. En si, cuando dijo claramente que no deseaba tener a Šmarda en su Gobierno, le facilitó a Zeman su posición, quitándole la culpa de violar la Constitución”, indica Lebeda. Y, al final, lo que ha pasado sólo le confirma cómo funciona la actual Coalición, algo que todos ya conocemos: “Para los socialdemócratas no es beneficioso estar en el Gobierno, por que ni siquiera son el segundo violín. Todo se mueve según las notas de Zeman y de Babiš. Y los socialdemócratas seguirán perdiendo”, pronostica el politólogo.
Pero, ¿qué motiva o hace que el ČSSD siga en el Gobierno? Lebeda responde: “Me temo que son objetivos políticos personales de la dirección del ČSSD, que triunfó sobre lo que es partidista e incluso sobre los intereses de toda la República. Ellos saben muy bien que ya nunca más van a tener la oportunidad de gobernar, o que esa probabilidad es muy baja. El ČSSD, en si, ha ayudado al presidente a crear un precedente muy peligroso para nuestro sistema político constitucional. Ya por segunda ocasión ha aceptado que el presidente rechace nombrar a su ministro. Y esto es totalmente atípico para una Democracia Parlamentaria y, en lo fundamental, significa el pase a un régimen semipresidencialista”.