Praga (Televisión Checa) – Como un muy molestoso baldazo de agua helada cayó sobre la Rep. Checa el comentario del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, del miércoles, según el cual el colocar el 21 de agosto como una fecha importante en el calendario checo es una flaca ayuda a mejorar la cooperación entre los dos Estados. El jefe de la Diplomacia Checa, Tomáš Petříček (ČSSD), reaccionó indicando: “La invasión del año 1968 es una tragedia nacional y es legítimo el recordar a sus víctimas”.
Añade el ministro que si hay algo que pueda dañar las relaciones checo-rusas son los intentos por relativizar lo que pasó en 1968. La declaración del ministerio ruso ha sido criticada incluso por la Presidencia de la Rep. Checa, por el primer ministro Andrej Babiš (ANO 2011), así como por el 1er viceprimer ministro y jefe del ČSSD, Jan Hamáček. También llovieron las críticas desde la oposición parlamentaria.
El ministerio checo de Asuntos Exteriores emitió incluso una declaración en la que indica que “la invasión del año 1968 significó un hito traumático en la historia moderna checa, por lo que es de lo más natural que la Rep. Checa recuerde a sus víctimas inocentes”. La nota del Palacio Černín añade: “Como un Estado soberano, la Rep. Checa lucha por una historia con lazos no lastrados con otros países. Para alcanzar esa meta, es necesaria la voluntad y los hechos, en ambos lados. Lamentablemente, a nuestro pesar, en nuestra agenda mutua prima la politización de los temas históricos por parte del Gobierno Ruso”.