Praga (e15) – El lunes de esta semana pasó por el Palacio de Lány, residencia oficial de verano de los presidentes checos, el jefe del Partido Pirata Checo, Ivan Bartoš. Iba a hablar con el presidente Miloš Zeman; luego de la audiencia, declaró a la prensa que el presidente no esperaba que los socialdemócratas dejarán el Gobierno ni habrá la necesidad de reconstruir el Gabinete.
Zeman lo que sí espera es que el ČSSD, pase el nombre del nuevo candidato a ministro de Cultura y si llega a ser alguien aceptable, desde la perspectiva del Castillo, entonces el presidente debería aceptar la propuesta; considera Bartoš. En la reunión estuvo también el vicepresidente pirtada, Radek Holomčík. En la agenda de Zeman tuvo además las reuniones con el líder democristiano Marek Výborný (14:30) y con el primer ministro, Andrej Babiš (17:00).
“A nosotros nos interesó particularmente si el Sr. Presidente tiene más críticas a este Gobierno de la Social Democracia con el movimiento ANO 2011 o si en realidad se trata de que no quiso nombrar al Sr. Šmarda ministro de Cultura. En ese punto, el Sr. Presidente confirmó que esperaba el nombre de la Social Democracia, el cual se lo deberá presentar, ciertamente no en este día, el primer ministro Andrej Babiš. Y si se llega a tratar de alguien quien, desde la perspectiva del Castillo, es aceptable, entonces aceptaría esa postulación”, manifestó Bartoš.
El líder Pirata señaló que en su reunión con el presidente intentó tocar el tema del conflicto de intereses del millardario primer ministro Babiš así como la crisis que pende sobre su Gobierno desde el mismo nacimiento. Quiso, pero no logró tocar esos temas, ni los detalles sobre la o las soluciones a cada una de las auditorías de la Comisión Europea. Pese a que no conversaron sobre eso, Bartoš comentó que el presidente piensa que la Social Democracia no abandonará el Gobierno. Ni por lo del problema del nombramiento del ministro de Cultura, ni por el conflicto de intereses, ni por las auditorías, ni por el tira y afloja por los recursos extra para los ministerios controlados por los socialdemócratas.
A Bartoš le dio la impresión que es Zeman quien dirige las cosas en el Gobierno y que maniobra con demasiada holgura para su cargo, cuando el país tiene una Democracia Parlamentaria y ahí al presidente lo toca allanarse a lo que le pide el primer ministro cuando se trata de cambios de ministros. Comentó la excusa que expuso el presidente para no nombrar a Šmarda jefe de Cultura: su falta de especialización: “Cuando veo la composición personal del actual Gobierno, incluso sus bases políticas especializadas de algunos de los ministros, entonces con frecuencia encontraremos que ellos no tienen mucho en común con sus ministerios. Creo que eso fue una cuestión enfocada en un candidato concreto, en donde el presidente cerró posición y, simplemente, no lo nombró. Como se ve, tiró del lado más largo de la soga y el Sr. Šmarda, con la Social Democracia por detrás, tuvieron que ceder”.