Praga (lidovky.cz) – Este domingo 22 de diciembre y para ser más exactos a las 5:19 horas el Sol entrará en la casa de Capricornio con lo cual se producirá el solsticio de invierno y arrancará el invierno astronómico. En el Polo Norte, la noche será la más larga del año. Pero, a partir de ese momento los días empezarán a tener más luz, hasta alcanzar el solsticio de verano.
Aunque entre el invierno, el pronóstico del tiempo prevé que las temperaturas se mantendrán por encima de cero. Incluso se espera que el mercurio suba hasta los 8 °C. Y si desean tener nieve y temperaturas gélidas, tendrán que ir a las montañas, en las partes bajas, como Praga, los meteorólogos esperan lluvias o aguanieve.
Cuando es el solsticio de invierno, el Sol se encuentra en su punto más bajo del horizonte y empieza, tranquilamente, a retornar al ecuador celeste. Es un fenómeno natural que suele darse el 21 ó 22 de diciembre y es más raro o valioso si ocurre el 20 ó 23. En diciembre, el período de luz solar suele ser corto. El año pasado, en la Rep. Checa, durante todo diciembre sólo hubo luz solar 22 horas. En el 2018 fueron 37, según informan los especialistas.
Todo lo contrario ocurre durante los meses de verano, cuando hay cientos de hora de luz. Por ejemplo, en junio de este año la Rep. Checa tuvo 311 horas de luz solar.
El período del solsticio de invierno siempre ha sido un instante para poder festejar. En tierras checas se lo hace ya desde los Celtas. Fue incluso una fecha importante para los Eslavos, quienes festejaban el origen del Joven Dios Sol: «Dažbog» ó «Božice». Todo empezaba la noche antes de la hora del solsticio de invierno, con rituales de magia, que eran, principalmente, para vaticinar cosas. Se usaba el cortar una manzana (que hoy queda como la tradición para ver una estrella que pronostica la suerte), o lanzar cera o plomo diluido al agua y leer el futuro (esto también se conserva hasta ahora).

Es el emperador o zar en la Tierra, mientras
Dios está en las alturas (de Wikipedia)