Praga (Televisión Checa) – Ayer domingo, por la tarde, en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga se llevó a cabo una concentración de protesta contra lo que llaman el “coronaterrorismo”. La manifestación se llamó “Abramos Chequia”, fue convocada por la iniciativa “Chcípl PES”, que busca que los restaurantes permanezcan abiertos, duró dos horas y según los cálculos hubo entre 2 500 y 3 000 perronas. Entre los que hablaron estuvo el expresidente Václav Klaus, también empresarios, artistas, médicos, estudiantes.
El reportero de la agencia de prensa CTK informó que no pocos de los protestantes pasó sin usar la mascarilla ni respetaron las disposiciones de separación ni de estar en grupos, también separados. La Policía Checa calificó la actividad como tranquila. Jan Rybanský, portavoz de la Policía en Praga, indicó: “En el transcurso de la manifestación no tuvimos que resolver violaciones serias del orden público”. Sin embargo, resaltó, igual reportarán a las autoridades de la Alcaldía Mayor de Praga que los organizadores de la protesta violaron las disposiciones del Gobierno y excedieron la cantidad autorizada de participantes. En la Plaza hubo alrededor de 200 policías controlando la situación (incluidos elementos antimotines), a los que se sumaron guardias privados de seguridad.
Las pancartas mostraban mensajes tales como: ¡Paren la covid tiranía! ¡Detengamos el totalitarismo bajo el nombre de covid! ¡No somos ovejas! ¡Vamos el lunes a la escuelas! ¡Paremos el coronaterror”. Los discursos pidieron la cancelación inmediata de todas las medidas oficiales y la reapertura de la economía. Jiří Janeček, uno de los empresarios afectados declaró: “Las caóticas medidas antiepidémicas de este Gobierno ni funcionan ni van a funcionar. Por el contrario, dañan a esta República, a nosotros, a todo el Pueblo. Abramos completamente todo el país hasta el 23 de enero. Vamos a vivir nuestras propias vidas y protejamos a los que realmente lo necesitan y, principalmente, así lo quieren. ¡Despertemos hacia un mundo normal en 14 días!”.
El expresidente Klaus dijo que el Gobierno debía terminar lanzado dictámenes a la población. “Deseamos decirle al Gobierno y decirlo claramente: ya está bueno. Ya está bueno de todas las prohibiciones y órdenes que, de manera fundamental, dañan nuestras vidas. No existe ninguna vacuna milagrosa. La vacunación no debe ser obligatoria. Yo mismo no me dejaré vacunar”, expresó el líder conservador.
Entre los oradores estuvieron también el coreógrafo Petr Zuzka, el actor Michal Suchánek e incluso un representante de los jóvenes de los liceos que están por graduarse: Matěj Gregor. Se quejó por que los estudiantes no pueden ir a sus escuelas: “Por mi propia experiencia les puedo decir que en casa, a través de las pantallas, no aprendemos nada”.
Quieren protegerse solos
El que convocó a la manifestación, Libor Vondráček, presidente del partido político “Svobodní”, aseguró que perseguían dos metas: en el largo plazo que se abra la Rep. Checa y en el corto plazo que el Gobierno empiece a comunicar con las personas, las afectadas por las medidas de lucha contra la covid-19. Para que mantenga con ellos “un diálogo real”. Y añadió: “Ya no se trata sólo de los empresarios, sino también de sus clientes, de los niños en las escuelas, de los que se van a graduar”.
Los organizadores subrayan que el Gobierno en la actualidad no mejora la situación, sino que la empeora. Por lo que, los propios empresarios son capaces de protegerse con mayor eficiencia. Solos. Y la posición es sencilla: no quieren seguir respetando las medidas, no sólo por que no funcionan, “sino también por que provocan una pandemia de pobreza, paro, de empresas quebradas y de falta de educación”.
El primer ministro, Andrej Babiš (ANO 2011), condenó la concentración. Señala que los quejosos no perciben lo que pasan en los hospitales. “A mi entender, todas esas personas deberían pasar y ver las unidades de cuidado intensivo, en los hospitales para que ahí colaboren como ayudantes”, dijo el premier a la Televisión Checa. Luego criticó al alcalde mayor de Praga, Zdeňek Hřib (Piratas), por no haber ordenado la disolución de esa concentración. Esa es una atribución que tiene sólo la Alcaldía Mayor, como cabeza de una Autonomía. No la tienen las alcaldías menores.