Hoy se cumplen 400 años de la ejecución 27 nobles en la Ciudad Vieja de Praga. Como consecuencia de la derrota del ejército husita en la Batalla de Bila Hora de 1620.
Esta batalla se dio por el conflicto entre los estamentos evangélicos y católicos que seguía vigente. Aunque Rodolfo II había firmado la Majestas Rudolfina en 1609 como paz entre ambas partes. Que daba paso a la libertad religiosa.
Pero esta tensión contenida se manifestó el 23 de mayo de 1618 cuando la parte de los estamentos checos, arrojó a dos representantes de la monarquía católica de los Habsburgo por la ventana del Castillo de Praga. Ya que los Habsburgo quería que los protestates se convirtieran o que se fueran de sus tierras checas. Dando comienzo así la Guerra de los 30 Años. Una de las grandes batallas se dio en Bila Hora, hoy parte de Praga, donde perdieron de una manera aplastante los estamentos checos.
A Ferdinand II no le tembló el pulso, y para dejar constancia de quien tenía el poder, de los cuarenta y siete nobles que fueron juzgados, mando la ejecución de 27 nobles de la oposición a la casa de los Austria. Que era de principios católicos.
La ejecución de los 27 nobles en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga.
El 21 de junio de 1621, una gran multitud se reunió en la Plaza de la Ciudad Vieja para ver las ejecuciones de 27 nobles involucrados en el Levantamiento de los Estados el año anterior.
Las ejecuciones comenzaron a las 5 de la mañana. El verdugo de Praga, Jan Mydlář, estaba listo, con cuatro espadas afiladas. Veinticuatro de los nobles fueron decapitados ese día y los otros tres fueron ahorcados.
En una lámina contemporánea de la escena se muestran dos cuerpos colgando de una viga que sobresale de una ventana en el Antiguo Ayuntamiento, mientras que otro cuelga de una horca en el área donde se encuentra hoy el grupo de estatuas de Jan Hus.
Mydlář, que también era protestante, simpatizaba con los nobles, pero se vio obligado a hacer su trabajo. Evitó la tradicional capucha roja de verdugo por una negra, y afiló sus espadas con un fino filo.
Los nobles arrodillados en el entablado y de espaldas a él, Mydlář hizo su trabajo. Tal fue la habilidad que un inglés allí presente escribió más tarde que las cabezas parecían haber sido voladas de los hombros de las víctimas. De un golpe, un hombre tras otro, las cabezas volaron hacia la Plaza de la Ciudad Vieja, donde los soldados mantuvieron a raya a la multitud.
Las ejecuciones terminaron a las 9 de la mañana. El verdugo Mydlář reunió doce cabezas y las puso en cestas de hierro. Que finalmente acabaron colgadas en las dos torres del Puente de Carlos. Seis en cada una de ellas. Otras como la cabeza de Ondřej Šlík, se les dió sepultura junto al resto del cuerpo. La viuda de Šlík solicitó que se le permitiera reclamar la cabeza de su marido recibiendo el permiso un año después. Las otras once cabezas permanecieron en el puente durante aproximadamente dos décadas.
Recuerdo de la ejecución 27 nobles en la Ciudad Vieja
Hoy en día las calaveras están enterradas bajo el piso de la iglesia protestante de Týn en la Plaza de la Ciudad Vieja, frente al lugar de ejecución. Mientras que como homenaje frente al antiguo ayuntamiento de la Ciudad Vieja hay veintisiete cruces blancas a sus pies, dibujadas con adoquines blancos.
Mientras que la torre de la Ciudad Vieja lleva una placa con los nombres de los nobles ejecutados en 1621. Desde el año pasado, hoy 400 años de la ejecución de 27 nobles en la Ciudad Vieja, esta la antigua columna mariana derribada por los opositores del los Habsburgo, como símbolo de paz.
No es tema de religión, es solo tema de poder. Quién puede con quién, y quién puede más.