El lunes, Kseniya Syramalot, Mikita Jemialjanaw y Palina Sharenda-Panasiuk tres presos políticos bielorrusos recibieron el “Premio por la Injusticia”, conferido anualmente por la organización humanitaria “People in Need”. Es la primera ocasión en que el premio se otorga al exterior. En este momento, en las prisiones de Bielorrusia hay más de 860 personas condenadas por motivos políticos.
Los dos primeros de los activistas bielorrusos premiados son jóvenes estudiantes que fueron condenados por participar y coorganizar las protestas del año pasado contra los resultados de las elecciones, que declaró a Alexander Lukashenko presidente por un nuevo período. Según los países occidentales, incluida la República Checa, las elecciones fueron amañadas. Luego, el régimen reprimió violentamente las protestas y encerró a sus oponentes.
Ksenia Syramalot, de 21 años, fue arrestada y acusada de conspiración criminal y condenada a dos años y medio de prisión. Mikita tenía apenas 19 años cuando lo condenaron a 4 años de prisión por daños al patrimonio del Estado. Él no negó haber participado en las protestas y lo hizo para alertar ante la situación de los presos políticos en Bielorrusia. Mikita declaró en octubre pasado que iría a huelga de hambre para protestar por el trato que padece en prisión.
Palina Sharenda-Panasyuk, madre de dos hijos, se convirtió en la tercera bielorrusa en recibir un premio. A principios de este año, las fuerzas de seguridad la detuvieron en su propio apartamento. Fue sentenciada a dos años de prisión, incluso insultar al presidente del país y usar la violencia contra los funcionarios públicos. En diversas ocasiones ha denunciado sufrir presiones psíquicas y físicas.
800 presos políticos más que el año pasado
«Hay cada vez más presos políticos en Bielorrusia. Y tienen que soportar una presión física y mental inimaginable por parte de los investigadores. Por ejemplo, el régimen infecta deliberadamente a los prisioneros con un covid y, en general, las condiciones en la prisión son insoportables”, dice Nadiia Ivanova, subdirectora del Centro de Derechos Humanos y Democracia de “People in Need”.
Actualmente hay 862 bielorrusos encarcelados en su país por motivos políticos, según la base de datos de la organización de derechos humanos más antigua, “Vyasna”. El otoño pasado, hubo una cincuentena de ellos, por lo que el impacto de las protestas postelectorales es evidente. Al otorgar los premios de este año a Bielorrusia, los organizadores querían llamar la atención sobre la similitud de la situación actual allí con la suerte de los opositores al comunismo en Checoslovaquia.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE acordaron el lunes nuevas sanciones al régimen de Lukashenko. Las sanciones están destinadas a «todos los involucrados» que permitan el transporte de personas a la frontera polaca. Miles de inmigrantes que quieren entrar en la UE permanecen en la zona fronteriza.
Como están los tres encarcelados, los premios fueron entregados de manera simbólica a exdisidentes checoslovacos, quienes también recibieron en el pasado el “Premio a las Historias de las Injusticias: Vlasta Černá, Jiřina Čechová y Pavel Horák. Al primera, al respecto, declaró: “Desearía decirle a los que están encerrados por actividades similares: no pierdan la esperanza, imaginen siempre que lo que hacen tendrá efectos positivos, que aportan algo positivo a la sociedad. Y también que se digan, cada día, que ese día que pasan en prisión es ya el último. Eso me ayudó mucho a mi. Por cada día nublado viene otro que será soleado. Crean que, en realidad, sí llegará ese día soleado”.