Hoy es el Viernes Bueno de la Semana Santa en la República Checa y el nombre que recibió este día se debe a un gran secreto.
El Viernes Santo recuerda el día de la muerte y crucifixión de Jesucristo, por lo que se vive como un día de ayuno marcado por el dolor, el silencio y la contemplación. Según los Evangelios, Jesús murió en la cruz a las tres de la tarde. Es por eso que en este momento los creyentes se reúnen para un servicio especial: no es una Misa ordinaria, el significado del sufrimiento y la muerte de Cristo se abre al leer la Biblia, se recuerda al arrodillarse ante la cruz, se oran por los grandes dolores del mundo (divisiones, guerras, malas relaciones, desunión de los cristianos…).
En muchas iglesias se sigue celebrando en este día la devoción del Vía Crucis. La devoción también incluyó la revelación y adoración de la Santa Cruz.
Este día era festivo en la antigua Checoslovaquia, pero fue abolido durante el régimen comunista en 1951. Desde 2016, el Viernes Santo vuelve a ser festivo en la República Checa.
Costumbres y supersticiones del Viernes Santo
Estas son las tradiciones del Viernes Bueno de Semana Santa en República Checa
- Muchas supersticiones y costumbres se combinan hasta el día de hoy. Se creía, por ejemplo, en el poder mágico del país, que se abría el Viernes Santo y ponía tesoros a disposición por poco tiempo. El tesoro estaba marcado por una luz o un helecho en flor o brillante, un agujero en la roca del que emanaba el resplandor. Los hombres del agua salieron a tierra y montaron a caballo. Según la leyenda, el monte Blaník se abrió durante un tiempo.
- El Viernes Santo también es un día de ayuno: ayuno de carne y daños en los alimentos.
- La gente se levantaba antes del amanecer, iba a lavarse al arroyo para protegerse de las enfermedades.
- En algún lugar los muchachos se zambullían y trataban de sacar una piedra con la boca, que luego lanzaban con la mano izquierda detrás de la cabeza, que se suponía que los protegía del dolor de muelas.
- Se hilaban hilos de pasión en las regiones con producción de lino, luego se hacían unas puntadas en el vestido, que era para protegerlo de los encantamientos y los malos espíritus. La camisa, cosida con un hilo de lino de pasión, lo protegía de los rayos.
- Nada se podía pedir prestado en este día, porque lo prestado se podía encantar. Había mucha fe en las brujas y los hechiceros.
- No se hizo ningún trabajo en el campo o en el huerto para mantener el suelo en movimiento.
- La ropa no se lavó porque estaría empapada en agua en lugar de agua.
- También hubo un paseo de casa en casa, y al son de cascabeles y varios ríos, se anunció el mediodía y la mañana y la tarde de rodillas. El ama de llaves preparó un regalo en forma de frutas secas, pasteles, huevos y a veces, algo de dinero.