El 23 de mayo de 1618, los ánimos se caldearon en Bohemia con un suceso trascendental: la IIª Defenestración de Praga. En este evento, tres funcionarios católicos fueron arrojados desde una ventana por protestantes locales, desencadenando una serie de eventos que tendrían consecuencias devastadoras.
Las tensiones religiosas en Europa: Católicos vs. Protestantes
Antes de la Defenestración de Praga, Europa estaba sumida en intensas tensiones entre católicos y protestantes. Durante el siglo XVI, estas dos facciones religiosas se enfrentaron en innumerables conflictos, fracturando la unidad religiosa del Sacro Imperio Romano Germánico. A pesar del Tratado de Augsburgo de 1555, que buscaba establecer una paz precaria, las diferencias religiosas seguían presentes y generando constante tensión.
El contexto en Bohemia: Luchas por la libertad religiosa
En el contexto específico de Bohemia, gobernada mayoritariamente por líderes católicos, se permitía cierta libertad religiosa a los protestantes. Sin embargo, cuando Fernando II ascendió al trono y buscó imponer el catolicismo como la única religión en Europa, se desató el descontento entre los protestantes locales. La negación de permisos para construir iglesias en ciudades como Broumov y Hrob fue el punto de quiebre.
El fatídico suceso: Detalles de la Defenestración de Praga en 1618
El 23 de mayo de 1618, cuatro diputados católicos se encontraron frente a una multitud enfurecida de protestantes en la Cancillería de Bohemia. Bajo el liderazgo del conde Jindřich Thurn, los protestantes exigieron saber si los burgraves habían aconsejado a Fernando ignorar la Carta de Majestad. Aunque dos burgraves fueron declarados inocentes y liberados, los otros dos, el conde Villem Slavata y el conde Jaroslav Martinitz, junto con su secretario Philip Fabricius, fueron detenidos por la cada vez más furiosa multitud de protestantes. El destino de los tres hombres tomó un giro inesperado cuando fueron llevados hacia una ventana abierta.
El legado duradero: La transformación de Europa y el declive de Bohemia
La Defenestración de Praga actuó como una chispa en un campo seco. Tras el incidente, se abrió un gran abismo en Europa entre los estados católicos y protestantes. Bohemia pronto estalló en una revuelta abierta, deponiendo a Fernando II como rey y coronando a Federico V, el yerno calvinista de Jacobo I de Inglaterra.
Las alianzas entrecruzadas, el fervor religioso y las tensiones centenarias desgarraron la tierra. La Guerra de los Treinta Años destruiría ciudades, devastaría tierras de cultivo y se llevaría más de 8 millones de vidas.
Aunque el conflicto llegó a su fin en 1648 con la Paz de Westfalia, décadas de guerra transformaron por completo a Europa. España perdió poder, mientras que Francia emergió como una potencia. Bohemia no salió ilesa.
Bohemia no solo perdió su estatus de reino, sino que también fue incapaz de mantener la independencia religiosa que los protestantes defendieron en la Defenestración de Praga. El protestantismo fue erradicado y la mayoría de la gente se convirtió al catolicismo. Incluso el idioma checo fue suprimido en favor del alemán.
Todas las defenestraciones de Praga
El incidente de la defenestración en Bohemia también dejó una marca en otros aspectos. Técnicamente, la Defenestración de Praga en 1618 fue la IIª Defenestración de Praga (la primera defenestración ocurrió en 1419). Además, se rumorea que en marzo de 1948 podría haber ocurrido otro incidente similar, cuando el diplomático checo Jan Masaryk fue encontrado muerto debajo de la ventana de su baño en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Praga. En un contexto de intriga de la Guerra Fría, algunos afirman que fue arrojado a la muerte, defenestrado, por agentes comunistas, aunque otros sostienen que Masaryk murió por suicidio.
En definitiva, la IIª Defenestración de Praga marca un momento único que cambió Europa para siempre. Fue más que un enfrentamiento entre protestantes enojados y funcionarios católicos: la defenestración encarnó la inquietud europea frente a las nuevas religiones y anunció la violencia que se avecinaba.
Y, si nada más, la IIª Defenestración de Praga también ha mantenido la palabra «defenestrar» convirtiéndose en deporte nacional.